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Diego Pino
Publicista, me gusta la música y la fotografía.
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4:45 Primer Borrador



Llego otro día de la oficina, tan cansado como de costumbre, se fue otro día haciendo la misma y repetitiva labor de fingir ser una persona productiva frente a una pantalla,  se fue otro día con otro pedazo de mi vida, ya van cinco años así, supongo que he cumplido las expectativas, digo puedo permitirme el lujo de pagar un pequeño departamento el cual comparto con una preciosa fémina de ojos azules llamada “Mia”, lo trágico de esto es que “Mia” aparte de ser una fémina es una felina, sí...Mia es una gata y técnicamente mi único ser querido. Digamos que mi vida amorosa  se ha resumido en constantes “no eres tu soy yo”, así que de un tiempo a esta aparte decidí tirar la toalla, para que hablar de mi familia, mis padres viven en otra ciudad y digamos que tienen suficiente con todo el orgullo que conlleva tener un hijo médico, un hijo ingeniero y yo que técnicamente soy algo como un experimento fallido, pese al desprecio familiar, estudie simplemente para darles el gusto, planeaba ser otro ingeniero, pero no funciono, simplemente detesto esto y mis sueños eran otros, pero yo no podía elegir y antes de darme cuenta ya estaba endeudado hasta el cuello con cosas que no necesitaba, pero hey nadie puede discutir que un play station 4 es bien de primera necesidad, creo que el capitalismo me absorbió y me dejo atrapado en una vida que no quería, pero que a regañadientes acepto, todo el mundo lo hace, ya quisiera estar retratando mujeres desnudas para alguna mala página de internet ¿Por qué digo eso? Ah si la fotografía, siempre quise ser fotógrafo, no por las chicas desnudas, sino por la capacidad de poder retratar momentos y para unos instantes las manijas del reloj.  Sobre todo eso reflexiono esta noche, es curioso me siento como uno de esos cretinos de la internet que se graban y suben “vídeoblogs” sobre sus interesantes y apasionantes vidas, pues bien acá va mi videoblog escrito, soy un don nadie que come sopa para uno, mientras mi gata me grita, maulla incesantemente para que vuelva a llenar un plato que acaba de devorar. Para aumentar más mi gloria, de un momento a otro la imagen del televisor se va a negro, la luz también, mientras pienso estos mentecatos de la electricidad nuevamente se equivocaron, quiero luz ahora ¿De qué forma jugare play station? o ¿veré mi programa favorito en la tv? Oh no tengo ninguno, pero da igual, me apresuro tomo mi celular y marco el número del dichoso callcenter de la compañía eléctrica me contesta un tipo con un entusiasmo similar al mío, en ese momento sentí una empatia enorme y ganas de invitarlo a una cerveza, digo de una u otra forma ¿quién sueña con contestar llamadas de gente enojada? Los dos nos embarcamos en una burda conversación que envolvía el número de cliente, revisar los interruptores y consultar a mi vecino por si tenía problemas, la última opción no era para nada viable mi vecina de junto era una anciana de 80 años llamada Maria, quien estaba sorda y por su avanzada edad casi nunca salía de casa,  sobre el resto del piso, solo había 1 departamento más, en uno de ellos una prostituta había sido asesinada,  hermoso detalle que me permitía costear el departamento digo, ¿quién no quiere vivir cerca del lugar de un crimen? ah y además tenía mis ventanas obstruidas por un enorme cartel publicitario, por lo que era difícil para mi distinguir el día y la noche sin la ayuda de los relojes, es lo más top de lo top como diría algún hueco pariente, por lo que le dije al tipo del call “escuche amigo no tengo a quien consultar, salí al pasillo y hay luces” a lo que el amable joven responde “entonces creo que no ha pagado la cuenta” y yo respondo casi con furia espartana le grite “Claro que la pague imbécil, tengo el recibo en la mano”, el tipo me corta de inmediato, intento volver a llamar, pero nada sirve, de todas maneras ya son más de las 10 pm y creo que será mejor que duerma, mañana debo ir a divertirme a mi emocionante oficina. Hago mi ritual nocturno, chocando contra todo, mi gata reclama porque la pase a llevar, le exclamo “carajos, Mia no veo nada”, con una felicidad total y haciendo el papel de cretino cada vez que intento prender alguna luz, me meto en mi cama esperando soñar algo interesante para huir de la maldita realidad, "cuanto te odio realidad" grite cuando me dispuse a dormir.  Antes de cerrar mis ojos pensaba en todas las posibles realidades, en todos los sueños rotos, en todas las cosas que hice mal y sí quería escapar de la realidad. Creo que existen muchos dichos para tener en cuenta y uno de ellos es “cuidado con lo que deseas”, esa noche escape de la realidad más de lo que me hubiese gustado.





Despierto temprano algo agitado, veo  mi celular y noto que la batería estaba muerta, no tenía noción alguna del tiempo, ya que el suministro eléctrico seguía cortado, por lo cuál me encontraba en una total angustia matutina sin tener noción de nada, que terrible es cuando perdimos la brújula de algo como el tiempo, desorientado y todo me dije:  "supongo que tendré que salir igual", hice mi ritual de limpieza matutino. Mia maullaba a mi lado, ya estaba exigiendo comida. Fui hasta su recipiente y me di cuenta que estaba lleno de cucarachas, una sensación de asco me invadió y por un momento vi a Mia en descomposición absorbida por esos horribles bichos, fue una visión de segundos, luego volví a la realidad y para mi fortuna Mia seguía regañando, aunque ahora gritaba más fuerte, Definitivamente esta no era una buena mañana, le dije lo siento Mia tu alimento esta arruinado,  iré a comprar algo antes de irme a trabajar, si es que alcanzo a llegar al trabajo,  me dispuse a bajar rápidamente, pero antes de eso pase por un vaso de agua a la cocina. De un momento a otro comencé a sentirme mal y caí al suelo afirmado en el vaso, el cual se hizo trizas en la palma de mi mano, esto no pintaba nada de bien, la sangre brotaba a chorros la contuve un poco con una toalla e intente a salir a buscar ayuda, cuando me encontré en el pasillo, me percaté  de que las puertas del departamento de la viejita y del departamento abandonado estaban abiertas, pero más allá de mi sorpresa por ver puertas abiertas estaba mi urgencia del verme ensangrentado, me dispuse a usar el viejo ascensor, el cuál no venía nunca, luego pensé en las escaleras, pero un ruido me alerto, un grito, un llanto y un maullido todo al mismo tiempo, pensé en Mia y me devolví a mi departamento desesperado, pero algo me detuvo, una mano, oh gracias al cielo, alguien ha venido a ayudarme, me doy vuelta y vi a una persona, rayos, no era una persona, era un cuerpo en descomposición con una herida de bala en el cráneo, me horrorice y la cosa reía, se reía de mi, la risa era perturbadora y me hacía temblar, caí al suelo y me desmaye...



La oscuridad se desvanece, he vuelto a despertar, pero esta vez no estoy en mi cama, estoy en un sucio pasillo, mi mano me arde y la cabeza da vueltas, disfruto los 5 segundos antes de volver a asumir mi nueva realidad, antes de asumir que estoy en una especie de bucle, pues la situación no avanza mucho, sigue siendo de mañana o quizás no tan mañana desperté sin saber hora, sin saber nada y aquí estoy en la misma situación, incluso peor, tal vez ya ni siquiera es de día, por lo menos estoy solo, la presencia de ese cadáver andante que me hizo caer ya no estaba, un alivio, pero mi corazón se agito de inmediato, pensé "oh, Mia, mi amada Mia", me levante como pude, el dolor de la mano era insoportable, creo que ya no podré divertirme conmigo pensé y una risa estúpida salió de mi rostro mientras caminaba rápidamente hacía el departamento, aún mareado entre y empece a llamar a Mia, pero mi amada gata no estaba, no había rastros de ella por ninguna parte, pensé "oh tal vez se asusto y escapo o se escondió" como sea debo tratar mi mano, por alguna razón la toalla con la que contuve el sangrado ya no estaba, y luego encontrar a Mia, me dispuse a salir nuevamente, dije "vamos, mi mente esta jugando conmigo, todo estará bien" camine por el pasillo las puertas seguían abiertas y yo seguía sin distinguir si era de día o de noche, creo que debí intentar mirar por la ventana antes de salir, aunque ese puto letrero no me dejase distinguir mucho, pero un pensamiento me atrajo al departamento de la anciana, quizás allí encuentre lo que necesite un teléfono, saber la hora y la ayuda de una veterana, vi que la puerta seguía abierta, pero sin embargo, quise tocar por mera cordialidad, la señora Maria no me escucharía de todas formas, entre, pero las cortinas estaban cerradas y todo olía a viejo, vaya sorpresa, me adentre y había electricidad, me alegre al ver el televisor encendido con un puto comercial sobre un tipo diciendo lo genial que es comprar en unimarc, quite mi atención del televisor y busque a doña María, pero doña María no aparecía por ninguna parte, pensé en ella, pensé que quizás necesitaba ayuda por lo que me adentre a su dormitorio abrí la puerta pidiendo permiso y encontré a la anciana sentada leyendo como si nada pasase, a su lado estaba su mesita de noche y un crucifijo de madera, mi cabeza dolía y mi mano era el mismo infierno con hormigas devorando cada trozo de mi carne, le grite señora Maria, señora Maria ayúdeme, la anciana seguía en su libro, iluminada por la luz de una vieja lámpara, las persianas estaban cerradas por lo que seguía perdido en el tiempo, de pronto un frío enorme invadió el cuarto y la luz se apago, en ese instante pensé "oh rayos al menos debí haber visto un puto reloj", intente salir, pero la puerta se había cerrado, intente abrir las persianas, pero estaban pegadas, dije "carajo, tendré que arreglar la lámpara, en ese momento escuche un grito y la lámpara se volvió a encender", lo bueno es que había luz de nuevo, volví mi vista a la señora Maria y el horror puso un castillo en mi, vi el libro que ella leía en el suelo manchado con sangre, mientras en sus arrugadas manos sujetaba el crucifijo, vi su rostro empapado en horror y en su cuello un corte casi perfecto, grite y lloré a la vez, esto ya era demasiado, intente abrir la puerta y estaba sellada, no había forma de abrirla, mi miedo y desesperación me condujeron a lanzar una  silla que había en el dormitorio contra las persianas, las cuales impenetrables no cedían, intente arrancarlas con mi única mano buena, escuche como vidrío tras ellas se rompía, pero no cedían las muy desgraciadas no cedían, mientras pensaba en como escapar, todo se volvió apagar y algo me golpeo en la cabeza, caí de inmediato...



Oh carajos, ¿Otra vez? ¿tengo que despertar?, no quiero hacerlo, esto ya es demasiado, no puedo con esto, no quiero nada, no quiero pensar, no quiero sentir, déjenme ir, por favor. Luego de esos breves y desesperantes pensamientos recobre un poco el control, aunque seguía paralizado en el suelo mientras devoraba cada partícula de polvo que yacía en el piso, acalle mis pensamientos y detuve las lágrimas que invadían mis temerosos ojos, me levante como pude y seque mi cara con mi mano buena, ya no sentía dolor en mano herida, lo cual podía ser tan bueno como malo, bueno porque cabía la posibilidad de que todo hubiese sido una ilusión y todo fuese un truco de mi mente, malo porque podría haber perdido por completo la funcionalidad de mi mano, pero me calme y dije todo es un sueño estoy bien, dicho pensamiento me alivió, aunque la realidad me destrozo, realidad dije, ni siquiera sé que hora es, mi semblante fue roto vi mi mano envuelta en una repugnante capa de sangre seca y tierra, "oh definitivamente no habrá más Play Station para mi" pensé,  quise gritar, pero el grito podía esperar, o sea aún no miraba hacía la cama de la anciana y sorpresa, la anciana seguía allí con su rostro repleto de miedo y el crucifijo con la imagen del dios que no la salvo de ser prácticamente degollada, bueno la anciana había muerto como un cordero, la sangre empapaba las viejas sabanas y las páginas del libro, el cual curiosamente resultaba ser la biblia, respire hondo y grite con todas mis fuerzas para luego y no del todo calmarme, ya más calmado vi que en el brazo de la anciana había un reloj, bendito don, oh por fin podré saber la hora, por fin podré tener la noción de al menos una puta cosa, un poco asustado me acerque a ver el reloj sobre la inerte muñeca, el maldito reloj estaba parado, vieja de mierda pensé, como no cambiar la pila de esa basura, el reloj estaba detenido en las 4:45, parecía una hora prudente, aunque ¿hace cuanto se habrá detenido? ¿Hace un rato? ¿Una noche? ¿Un mes o una semana? no lo sé, no sé nada. El reloj era solo una estatua que me recordaba que había perdido el don de la noción del tiempo, pero esperen, no soy tan idiota, las persianas, volví a pensar en las impenetrables persianas y las ventanas rotas. Pensé racionalmente y use la misma silla para subirme y descolgar el soporte de las ventas, mientras hacía eso pensaba "ahora las podré abrir para poder ver hacía el exterior y pedir ayuda o tener la noción de tiempo-espacio que tanto necesitaba", descolgué el soporte, me encontraba eufórico para descubrir que estaban selladas por tablas pintadas con la inscripción "El Diablo esta afuera" con pintura roja. En ese instante pensé ¿Cómo ventilaba el departamento? simple, doña Maria no lo hacía, el lugar olía horrible, maldita vieja y maldito departamento. De pronto me sentí más idiota, sólo tenía que usar la puerta e irme, largarme de ese puto lugar, no tenia que lidiar con el cadáver y podría por fin huir, me acerque a la puerta y seguía sellada, yo ya no estaba para tonterias, la agarré a patadas, pero no cedía, lo intente más fuerte mientras lamentaba no ser un musculitos, sin embargo, tenía algo de ingenio y pensé en el viejo truco de meter una tarjeta para abrir una cerradura, la suerte se apiado de mi y encontré mi tarjeta del banco con la cual pude abrir la puerta, me sentía libre, casi en éxtasis y ganas de cantar "Sweet Victory", salí raudo e intente abrir más persianas, pero todas las malditas ventanas estaban selladas y con inscripciones sobre el diablo y el pecado, la vieja estaba loca, maldita religión, luego con la casi nula luz vi que la tv antes encendida estaba apagada, mi extrema necesidad de tiempo-espacio me hizo encenderla, lo primero que vi fue un reloj digital en la pantalla, bendita suerte, justo necesitaba un reloj, el reloj marcaba las 4:45, me extrañé debido a que el reloj de la anciana marcaba la misma hora, intente de cambiar el canal para ver si otro tenía hora, simplemente todos los canales tenía el 4:45 con letras rojas, esto no estaba para nada bien, ya no estaba para juegos, necesitaba salir y pronto, me aproxime a la puerta principal y fui sorprendido por otro 4:45 el cual estaba escrito con sangre, no me detuve a contemplar eso por mucho tiempo, abrí el pestillo y salí al pasillo, ya iba llegando a la escalera, cuando escuche un maullido intenso que venía de mi departamento, estaba en un verdadero infierno, pero no iba a abandonar a lo que más quería en este mundo y ese ser era Mia, corrí hasta mi departamento.



Estoy corriendo sin mirar hacía ningún lado, pero siento como el aire se enfría a mi alrededor, mi mano esta aún más helada, ya no la siento, no siento nada. Lo único importante -pienso- es encontrar a Mia y huir de ese lugar, buscar ayuda, pensamientos rodean mi mente si salgo y aviso al conserje ¿me creerá? más que solo el conserje ¿alguien creerá todo esto? incluso podrían pensar que yo mate a la anciana, "oh no, no hagas esto viejo amigo"  me di cuenta que me estaba volviendo en mi contra, empece a dudar de mi ¿estaba en mi sano juicio? yo solo sabía que estaba corriendo hacía mi departamento, cuando me di cuenta que estaba afirmado en la puerta que daba a la escalera de emergencia, no tuve tiempo de pensarlo demasiado cuando escuche a Mia llorar otra vez, volví a correr e intente no pensar nada, entre al departamento, todo seguía oscuro ¿Qué hora es? ¿Qué maldita hora es? grite, me estaba desesperando, empece a llamar a Mia, pero no escuchaba respuestas, ya no había maullidos, no había sonido, no había una puta cosa, ni siquiera una noción del tiempo, esto es una pesadilla, no puede ser real, no puede ser real comencé a gritar. Mi juicio se estaba yendo, me tire al suelo, esta vez a mi propia voluntad, dije en cualquier momento despertaré, espero estar en mi cama y no en el piso del departamento de la anciana o algo así. Dentro de mi locura, la desesperación de todo, mi preocupación por Mia y todo lo demás decidí que lo mejor era tirarme en el suelo y esperar la muerte, si esa fue la decisión más coherente que pensaba dentro de mi extrema angustia. Cerré los ojos para intentar lo imposible y apenas los cierro veo un 4:45, me levante de un salto y pude recuperar algo de cordura, seguí buscando a Mia, no había nada, no había pistas de mi ser querido. La desolación me invadió, estaba triste, abatido y sin una mano funcional. Solo tengo que huir y se acabará, solo tengo que escapar de este maldito lugar y todo se acabará, me auto consolé. Me devolví al inmundo pasillo y fui directo a la puerta de la escalera, sorpresa estaba bloqueada, me canse de tu mierda le grite a una puerta, si soy esa clase de personas que le gritan a las puertas, al rato empecé a patearla, pero nada, dije debe haber algo que pueda hacer. Volví al departamento de la anciana y busque algo, no sabía que, pero algo, encontré un cuchillo grande con el que pretendía destrabar la puerta. Volví a la puerta y con mi única mano buena empecé forzarla, nada, era imposible, no cedía. Ya no sabía que hacer, cuando pensé en el otro departamento, ni siquiera sabía porque, pero pensé en ese destartalado departamento abandonado, ese el del asesinato, dije "Si! ese lugar debe tener las ventanas en mejores condiciones y pediré ayuda desde allí". Fui para el departamento y me encontré con una ventana, la abro y solo veo oscuridad, la ciudad estaba en un apagón, era de noche, no había una puta luz, el cielo estaba nublado, ni siquiera una estrella. Intente gritar por ayuda para ver si me escuchaba algún vecino, o alguien, nadie respondió mis gritos de auxilio, la ciudad yacía en silencio, no había nadie. Al menos sabía que era de noche, "que alivio", desolado, volví a la puerta de la escalera, hice un último esfuerzo y olvide un detalle importante, la puerta abría hacía adentro, di un tirón fuerte y la puerta me golpeo fuertemente en la cara, caí al suelo al lado del cuchillo y por mi debilidad volví a desfallecer...Tuve una pesadilla donde me veía con el cuchillo en la mano apuñalando a mi familia y riendo, mientras gritaba tienen lo que se merecen bastardos, ahora por fin lo tienen, todo era muy gráfico veía las vísceras de mis parientes salir de cada corte realizado con el violento puñal, en la pesadilla tenía mis dos manos buenas y reía como un sádico, al final de la pesadilla hundía el cuchillo en mi pecho y me auto apuñalaba, si definitivamente mi mente estaba en mi contra, luego de eso volví a despertar...



Si, volví a despertar, vaya sorpresa me lleve cuando me di cuenta que estaba en la casa donde había crecido, volví a tener 15 años y era de día, bendita luz, me dije, pero en el fondo sabía que todo era un sueño, aún consciente de eso, no podía despertar. En mi sueño caminaba por la casa, podía ver el barrio desde la ventana del segundo piso e incluso pude comer una manzana, todo estaba tranquilo, en casa no había nadie y era un bello día. Seguí caminando con una manzana en la mano, no sabía hacía donde iba, solo vagaba por la casa, mis manos estaban bien, no había dolor ni miedo, solo se repetía la sensación de no saber la hora, al menos el sol brillaba. De pronto, sentí un leve mal olor, no le preste importancia, cuando acerqué a la manzana para darle una mordida, me di cuenta que estaba podrida y llena de gusanos. Esto ya no era un sueño agradable. De pronto, desde las paredes comenzaron a salir escarabajos y el aire se puso espeso, corrí hacía la sala de estar para poder usar la puerta principal y huir. No pude huir, los cadáveres de mi familia bloqueaban la puerta y a medida que miraba, estos se descomponían más y más hasta quedar reducidos a simples esqueletos con ropa, me devolví y subí la escalera a mi habitación, abrí la puerta y mi yo de 15 años, con el corazón en la mano la cerro de golpe. Las sorpresas no paraban, pero la que venia aparentaba ser más agradable, ante mi había una hermosa mujer rubia que solo usaba una reducida camiseta y con sus seductores ojos azules me invitaba a abrazarla. Era un sueño, no tenía control de nada, no es que en la "realidad" lo tuviera, pero de pronto me vi extasiado y excitado por la rubia que me besaba apasionadamente, estábamos en mi vieja cama, ella estaba sobre mi y en uno de los besos note sabor a sangre en mi boca. La maldita costumbre de cerrar los ojos mientras uno besa no me hizo percatarme que la rubia era una criatura casi infernal, de su boca salían pequeñas víboras, las que de a poco me iban destrozando los labios a pequeñas y voraces mordidas, la rubia ya no tenía los ojos azules, eran rojos como el mismo infierno. Era suficiente, quería despertar y volver a mi terrible realidad, empecé a gritar aterrorizado en el sueño, mientras la rubia se alejo y no la escuche decirlo, pero lo ley en sus labios, murmuraba 4:45. De un sobresalto desperté con la poca ensangrentada, confundido junto a la puerta ya abierta, la escalera de emergencia estaba allí, la libertad estaba allí, así como también una brumosa oscuridad, pero ¿libertad a donde? la ciudad estaba oscuras, la escalera era iluminada por unas tenues luces halógenas rojas, que hacían lucir todo un poco más infernal de lo que ya era. Me levante afirmándome en mi única mano buena, creo que ya debía olvidarme por siempre de mi otra mano, estaba casi podrida y la sangre seca. Baje los escalones de a poco, mi cabeza era como un avispero y mis oídos estaban saturados, continué mi descenso con un poco de felicidad pese al dolor, por fin podría escapar de esta horrible situación, cuando estaba por atravesar la puerta hacía la entrada del edificio, aparece una rubia igual a la de mi pesadilla, esta vez usaba una recatada bata, y me dice, vecino escucho a su gato maullar vaya a ver. Quede de hielo, jamás la había visto y ¿cómo sabia de Mia?,estuve congelado y perplejo por un lapso de un segundo, cuando volví en mi razón la rubia había desaparecido y solo pensaba en Mia.


El día en que yo encontré a Mia fue uno de los peores que he tenido, no, no se trata por haberla encontrado a ella. Era un día normal en mi vida, o sea ya saben el trabajo de mierda, el jefe reclamando y pidiendo que me pusiera la camiseta de la empresa, si esa misma camiseta imaginaria que solo se moja para que el viejo cuarenton le compre otro auto a su puta de turno, pero soportar todo esto valía la pena, pues tenía un plan de vida, tenía sueños, tenía una hermosa novia. De hecho esa tarde después del trabajo la vería, iríamos por una hamburguesa y al cine. Efectivamente la vi, cuando llegué la vi y olvide todo el resto de mis problemas, corrí a abrazarla cuando de pronto una muralla de hielo que emanaba de su aura me detuvo, intente besarla, pero rehuyo de mi, le pregunte ¿qué pasa? y me responde que todo esto se había acabado, que ya no sentía lo mismo y que yo debería entender. La vida a veces nos da sorpresas muy desagradables, pero bien yo no era ni el primero ni el último en ser descartado de una forma fría, pero eso no quita que el mundo no se haya venido encima, me desespere le pregunte ¿qué puedo hacer? ¿qué debo hacer? haré y cambiaré lo que pidas, pero no te vayas por favor no te vayas, por favor no me quites mi esperanza, todo alrededor mio es una mierda, eres lo único que tengo y ahora te ves, danos una oportunidad, por favor, se lo rogué cuanto pude, me veía patético con lágrimas en los ojos en un lugar público. La dignidad de mi ser había agarrado sus maletas y partido lejos. Todo mi escándalo se detuvo en seco cuando me dijo que estaba enamorada de otra persona y que no valía la pena engañarse más, las trizas del corazón se convirtieron en más trizas, mi dignidad tomo un jet y volvió directo a mi ser, tragué mis lágrimas y me largue, ella intento sujetarme, quizás para que..., nunca lo sabré, simplemente corrí, corrí por cuadras hasta que pare en una botillería. A ahogar esas penas señores, compre un pack de 6 y me las fui bebiendo por la calle, una infracción por beber en la vía pública daba igual, todo lo daba, me acabe la última lata y la tire a una pila de basura que había en la calle, desde donde escuche un leve maullido, me acerque y encontré a una pequeña y frágil gatita que me miraba con ojos asustados, bellos, pero con dolor. Me hice el frío y dije alguien más la encontrará, era una tarde de invierno, así que era casi seguro que alguien pasaría por allí y la llevaría a casa o moriría allí, de todas formas no era mi problema, seguí caminando cuando me di cuenta que el frágil animal seguía como podía mis pasos, mientras tropezaba una y otra vez con sus endebles patitas. No es mi problema me repetía a mi mismo, tengo problemas peores. De pronto escuche como un perro ladraba a lo lejos y corría hacía mi y mi pequeña seguidora, no pude dudarlo más y la levante del suelo, la arrope entre mi chaqueta y espante el perro. La gatita estaba asustada, pero me miraba fijamente con sus ojos azules. Con un dedo acaricie su pequeña cabecita y ella me respondió con un pequeño ronroneo. Esa noche no me encontraba ebrio, ni llorando por el amor perdido, estaba sentado en el departamento dando leche con un biberón a una pequeña gatita, que era lo único realmente mio. Por eso le puse Mia. Desde ese día ese animal se convirtió en mi fiel compañera, me acompañaba en mis maratones de series, dormía conmigo, se acurrucaba en mi cuando yo estaba mal y me hacía sus gracias para hacerme sonreír, además de ser muy insistente con su comida. Ese día yo no encontré a Mia, ella me encontró a mi y dentro de la horrible tormenta que yo afrontaba ella se convirtió en mi rayo de sol.



Me encuentro en el pasillo nuevamente, el dolor de cabeza se hace casi insoportable, la mano, bueno la mano ya no la siento. Lo que si siento es una especie de sopor frío y ardiente a la vez, siento que mis pasos son lentos y mi mente se empieza a nublar, poco a poco empiezo a ver nieblas donde antes estaba un pasillo, cierro los ojos un segundo, solo un segundo y los abro lentamente, al abrir mis ojos mi oído se agudizo y sentí un crujido en el piso, mire hacía abajo y me encontré con unos huesos secos los que se rompieron con mi pisar, debo estar en una horrible pesadilla de nuevo pensé, ¿desperté? ¿en algún puto momento despertare? mi mente se aclaro y los huesos ya no estaban, el pasillo cada vez me parecía más enorme, pero al menos ahora ya no habían huesos, hasta que la mente se me nublo nuevamente y al abrirlos de nuevo sentí crujidos, esta vez no eran unos simples huesos, todo el pasillo estaba inundado de muerte, en el piso habían huesos secos y cadáveres descompuestos de perros y gatos, el olor era nauseabundo, mi estomago se había transformado en un volcán listo para hacer erupción, sentía el asco, ese asco a la putrefacción, ese rechazo al olor de la carne ausente de vida. Con mi mirada buscaba entre los cráneos rotos y los gusanos que emergían de ellos alguna similitud con Mia, para mi fortuna Mia no estaba allí, pero sentía su maullido en mi departamento, faltaba poco, solo debía contener mis vísceras y avanzar en ese inmundo pasillo. Tal vez si cerraba los ojos podría avanzar más rápido, por cada metro avanzado aparecían 10 kilómetros, este lugar se sentía eterno y mi vista se nublaba, más los cadáveres seguían allí, en cada paso que daba sentía el crujir de lo huesos o vísceras aplastadas por mis zapatos, ya no podía más, en cualquier momento caería de nuevo, en mi subconsciente pensaba tal vez sería lo mejor, muere de una vez, que todo se acabe porque ni siquiera se que hora es, ni siquiera se que pasa, cuando la locura me abordaba nuevamente, recordé la carita de Mia, escuche su desesperado maullido desde mi departamento y en ese momento supe que debía sacarla si o si de esto, saldríamos juntos de esta y cuando todo esto acabará mi vida iba a mejorar, al carajo el trabajo de mierda, al carajo los sueños frustrados, ahora iba a vivir y me iba a largar de ese puto edificio, si esta era la realidad o una pesadilla iba a escapar igual y todo iba a mejorar, con fe en mi mente avance a paso firme con los ojos cerrados repitiendo esto no es real y llegue hasta el picaporte de la puerta...Estaba contento iba a sacar a Mia de mi apartamento porque ahora si que estaba seguro de que estaba allí, la sentía llamar, pero cuando con los ojos cerrados abrí la puerta me encontré de nuevo en la escalera de emergencia, comencé a reír, me desespere y golpee la cabeza contra el muro, estaba fuera de mis cabales gritando y riendo. Un leve corte se abrió en mi frente y un chorro de sangre invadió mi rostro, intente recuperar la cordura y vomite, el olor a muerte -real o imaginaria- seguía presente en mi, vomitaba y lloraba creando junto a mi sangre un delicioso cocktail de fluidos corporales, cuando la serenidad parecía regresar a mi ser una mano toco mi espalda, dos segundos o incluso menos duro mi pensamiento de que podía ser ayuda o el conserje, para luego darme cuenta que era la puta rubia, ella estaba de regreso y me ofreció un abrazo de consuelo, el cual acepte, mientras la abrazaba sentí su frío, esa rubia era cualquier cosa menos humana, sin que ese ente se diera cuenta con mi mano buena tome la pequeña hacha para incendios que estaba apoyada en una de las murallas del pasillo y sin pensarlo dos veces le puse un hachazo entre medio de los ojos, mientras gritaba "Maldita puta por tu culpa estoy aquí, por tu culpa me estoy volviendo loco, tu no existes" tuve tiempo de gritar todo eso porque me ensañe, reconozco que le clave el hacha más de una vez, estuve apunto de sentir culpa y arrepentirme de todo cuando el demonio se levanto y las víboras empezaron a salir de su boca tal como en mi sueño, el terror se apodero de mi y corrí por el pasillo con el hacha en mano, lo que te dicen las madres que no hagas. estaba el pasillo no tenía animales muertos, todo eso se había desaparecido o simplemente no estaba preocupado de nada más que escapar, aunque no sabía si la puta demoníaca me perseguía, finalmente pude llegar departamento, bloquee la puerta con un sillón y me arme con el hacha esperando cualquier cosa, pasaban los segundos y no sentía golpeteos ni nada, solo un cansancio abrumador y un mareo terrible, no es hora de desmayarme me repetía una y otra vez, escuchaba a Mia maullar desde el baño, me arme de fuerzas y pese a que caí al suelo estaba dispuesto a arrastrarme para llegar por mi amada Mia, pero todo se fue a negro y desfallecí otra vez.

Mientras estaba en el piso, estaba consciente de mi ubicación y escuchaba a Mia, mi cuerpo estaba allí y mi mente no, tuve un sueño, esa clase de sueños que tienes cuando dejas la tv encendida, ese donde se mezclan sonidos de la realidad con la ficción, En mi sueño Mia maullaba una y otra vez porque quería que llenará su plato, lo que hice en un interminable bucle, pero la gata seguía con el maullido y no paraba, lo que al principió parecía una calma temporal, se convirtió en otra escena de la pesadilla. Quería y deseaba despertar ¿podría? y ¿para qué?.



Con todas mis fuerzas empecé a gritar en el sueño en cual estaba atrapado y pude despertar, adolorido para variar, con la mano gangrenosa, la frente cortada y una fiebre que me podría haber hecho delirar, pero bueno todo lo que estaba viviendo era un maldito delirio, me intente levantar y no pude, solo me seguí arrastrando y llegue a la tina del baño, de donde provenía un leve maullido casi apagado, me afirme en la tina y vi lo más terrible que he visto en mi vida, Mia estaba viva, pero estaba cortada, le faltaba una de sus patitas y en el medio de su cuerpecito había un corte profundo, aún así la pequeña aún conservaba fuerzas para maullar, todos los maullidos que escuche eran gritos de ayuda, no sabía que hacer, si la movía se iba a desarmar y moriría en el acto, de todas formas iba a morir,  mi pequeña bebé se estaba desangrando y no había nada que yo pudiese hacer, solo mirar, mis ojos se llenaron de lágrimas, aquellas que solo nacen del más profundo de los dolores, no lo podía creer, la maldita vida me quitaba lo único bueno que me había regalado. Mia levanto un poco su cabecita me miro con sus ojos azules una última vez y falleció, su pequeño cuerpo no aguanto las heridas. En ese momento una herida más grande nació, pero en mi alma, grite y grite que no, que esto no podía ser, le implore al pequeño ser que resistiera que volviese de donde estuviera, que no me abandonara, era mi rayito de sol y la vida me lo estaba quitando ¿por qué? ¿por qué? yo  pude haber muerto, pues la vida no tenía nada para mi más que ese pequeño ser, que se había desangrando en la bañera. Todo estaba oscuro, por primera vez en la vida sentí la soledad, sentí un dolor incalculable y el peso de un mundo vacío, ya no había porque vivir, no había sentido en nada. Quizás al común de la gente los movía el peso de sus sueños y el amor de sus seres queridos, pero yo no tenía eso, solo tenía sueños rotos y seres con un apellido similar que despreciaban mi existencia, lo único que tenía era un pequeño animalito que llenaba mis días con sus locuras y su amor inocente e incondicional.

Esto ya era mucho, no quería soportarlo más, pensé en clavarme el hacha en el brazo bueno y morir desangrado, pero había un detalle no menor, mi otra mano no servía para nada y ni siquiera sangraba solo tenía una congregación de sangre seca y pus no había nada más. Ni siquiera podía suicidarme de ese modo, pensé en otros métodos, pero nada me convencía, hasta que pensé en una cosa, algo que me liberaría de todo esto y que me llevaría a la verdad misma. Iba a enfrentar al demonio, si, yo iba a enfrentar a ese rubio demonio. Quizás todos nos hemos sentido envalentonados alguna vez, pero el miedo siempre nos detuvo a reaccionar ante ciertas cosas, por ejemplo yo viví con miedo de vivir mi vida todo el maldito tiempo, ahora estaba acabado con una mano inservible, mi cabeza ensangrentada y el alma rota, pero como dice un viejo dicho "no hay nada más peligroso que un hombre con nada que perder". Tome el hacha y una risa sádica, yo también era un demonio e iba a matar al demonio, hice de tripas corazón y salí al pasillo con el pensamiento "matar o morir", esto iba a tener un final.



Volví a caminar por el pasillo, este ya no era un sueño, sentía cada gota de sangre seca en mi faltante brazo, el mareo era incesante y el dolor punzaba mi cabeza cada segundo, pero esto tenía que acabar, tenía que acabar tal y como acabaron todas las cosas buenas de mi vida, tal como se acabo la vida de lo único que quería en esta vida, todo iba a acabar. Corrí de un lado al otro en el pasillo buscando a la maldita perra que representaba todo esta pesadilla, mientras gritaba "Te vas a morir perra" no la encontraba, pero la vi, la vi a segundos aparecía y desaparecía, solo eran mis ganas, mi deseo, esa sed enfermiza de venganza. Ese orgullo tan propio de los humanos. Pensé un momento y recordé el departamento del crimen, fui hasta allí más que nada por un mero impulso. Entre, abrí la puerta, había un vació total solo por un detalle, me di cuenta que mientras entraba pise un pedazo de papel, el cual tenía un encabezado, el cual decía "Mujer muere bajo extrañas circunstancias" y en la foto pude apreciar la imagen inconfundible, de aquella rubia infernal, maldita perra muerta exclame y reí. La risa no duro mucho, porque cuando levante la cabeza vi frente a frente a aquella maldita puta rubia, estaba con los ojos en blanco y con esa sonrisa sádica que no muestra culpa alguna, sin bacilar, le clave el hacha cuantas veces pude en su maldita frente, estaba cegado y me ensañe. La perra había caído y yo seguía en mi brutalidad, de pronto me nuble un poco, volví en mi y ya no estaba partiendo a la mujer, sino a la pobre Mia, acababa de brutalizar a la pobre Mia ¿la mate yo? ¿profane su cadáver? ambas opciones me parecían aberrantes, estaba desesperado. El no distinguir la realidad de la ficción es una maldición, yo ya no podía más y con mi mano buena tome el hacha y me inflingi una herida en el estomago, mis intestinos salieron y comencé a llorar, la auto compasión estaba a flor de piel, no me merecía morir así, merecía una vida mejor, merecía ser feliz y no pude serlo, ahora muero acá y soy una victima más del desconocido universo, de ese que se encabrona tanto contigo que te quita todo lo que amas hasta dejarte reducido a cenizas, yo ya no era nada más que un montón de sangre, más aún seguía consciente, mire la pared y me desvanecí.



Volvi a despertar, pero ¿Cómo? ¿Cómo diablos volví a despertar? debo estar muerto y por fin he ido al cielo, infierno lo que sea, pero esto es malo, yo ya no quiero ser, ni vivir, ni sentir, no quiero nada. No sé que pasa, no entiendo nada, el universo flota a mi alrededor, estoy despierto, pero solo veo oscuridad. Por favor alguien me diga que es un sueño, intento gritar, pero la voz me abandona cuando lo intento, no hay nada que hacer, estoy en la nada, solo ante un montón de pensamientos, ante la nada, solo mi yo interior. Al menos, ya no estoy en ese condenado edifico donde nadie pudo ayudarme, donde lo perdí todo y donde el infierno fijo residencia por unas horas. ¿Horas? tal vez fueron días, no lo sé, nada sé, lo superé, pero sigo sin entender nada. Aunque quizás no haya nada que entender y quizás esto sea solo un sueño. Sigo en él, ¿Cuantas veces se puede despertar? espero despertar y salir de aquí. Cuando mis propios pensamientos están a punto de volverme más loco. Escucho una voz de mujer que decía:

-Doctor, el paciente esta reaccionando.

¿Qué? estoy en un hospital, mis ojos al fin ven luz y ante mi un sujeto inspecciona mis pupilas, me asusto e intento apartarlo de mi con mis manos, pero solo siento una, la otra, ya no estaba, grite, ahora la voz salió y el horror se apoderaba de mi, mi mano y parte de mi brazo izquierdo ya no estaban. Cálmese decía el doctor, es duro perder una extremidad, pero no lo es tanto como lo que usted hizo.

Confundido, lo miré e intente esbozar palabras, pero nada se entendía, me dieron un poco de agua y pude hablar, ¿Hice qué?, el doctor me dice: "usted no tiene nada que explicarme a mi, sino que a la policía". ¿Policia? pero si yo fui victimizado hasta la locura por fuerzas sobrenaturales pensé, pero no, ya estaba en problemas,sin saber por qué, pero estaba en problemas. No le dije nada al doctor, él solo se limito a mirarme con desdén y me dijo que un agente vendría a hablar conmigo.

El agente no tardo nada en venir, estaba afirmado en la puerta, esperando a que yo despertase, además de él había otro policía armado, sea lo que haya hecho estaba en serios problemas. El agente me pregunto, si sabía lo que había pasado, le dije ¿Sabe? realmente no entiendo nada, viví cosas terribles, aunque no sé cuando fue eso, pero las viví, ahora mismo no tengo mi brazo y se supone que yo debería estar muerto, lo último que recuerdo es ver a mis intestinos fuera de mi. El agente, algo invasivo por lo demás, levanto mi camiseta de hospital y me mostró que no había ni un solo corte en mi viente, estaba sano, lo del suicidio no paso. Estaba vivo, confundido y con mucho que explicar, sin saber que explicar. El policía, se apresuro y me dijo, se le imputa por el asesinato de María Rosales, destrucción de la propiedad privada y por crueldad animal. Me quede helado, yo había hecho nada de eso, yo no mate a la anciana, si destruí cosas, pero tampoco hice nada contra Mía, creo, ya no entendía nada. Las lágrimas inundaban mi rostro, ahora debía responder por cosas que no entendía, hablar de fuerzas sobrenaturales era lo más descabellado que podía hacer. El policía me dijo, esta bien, no tienes que hablar ahora, pero mañana serás trasladado al tribunal, disfruta tu última noche aquí.



Pese a la confusión, tener un brazo menos, lo que se venía y todo eso, estaba más tranquilo, al menos ya no estaba enfrentando esa terrible "realidad" luchando con esa puta rubia, con esas visiones horribles y esa hostilidad de no saber nada del entorno, al menos ahora tenía la noción de que estaba en un hospital, que iba a ser procesado, tal vez la cárcel no era tan mal, después de todo yo tenía nada por lo que vivir, Mía había muerto, tampoco tenía muchas ganas de continuar, pero no tenía alternativa. El cuarto se sentía solitario, no habían más pacientes, hasta que en la noche traen a uno, un hombre lleno de parches, acompañado del médico, una enfermera y 2 policías, era un tipo malo, tal y como yo pensé. Uno de los policías exclamo, este bastardo pronto morirá, no podrá enfrentar a la justicia, es una lástima. Su compañero dijo: "Si, aunque muera hay que esposarlo, este es de los peligrosos". El policía procedió a sacar las esposas y en un momento inesperado el "moribundo delincuente" le saco el arma de servicio y le clavo un disparo, luego intento lo mismo con el otro, que logro agacharse, mientras el doctor y la enferma corrieron a la puerta, el "moribundo" disparo certeramente y le dio justo en la nuca al doctor, que cayo boca abajo. Yo estaba estupefacto, intente levantarme, pero mis fuerzas no me acompañaron. El tirador se incorporo, se acerco a mi, me sonrió con una horrible sonrisa y me dijo "¿Sabes que hora es? 4:45 perra" quede helado, ese número, lo conocía. Antes de sacar más deducciones, vi como la cabeza del sujeto quedaba reducida a un montón de sesos y pedazos de cráneo. El otro policía le había volado la cabeza, el cuarto apestaba a muerte y yo tirado en una cama, la pesadilla no había terminado. El policía lloraba, había perdido a su compañero, me tiro una mirada de desdén, mientras llegaban más policías al cuarto. Me esposaron a la camilla y le pidieron a una enfermera que me sacara de allí. Estaba nuevamente horrorizado y confundido. Esto era real, me desvanecí en la camilla.



Desperté en el ascensor del hospital, alguien sujetaba mi camilla, era una enfermera, cuando vi su rostro quise morir, era la rubia, la misma que me llevo a la locura misma, la misma que intente matar con un hacha, me exalte, quería atacarla, la odiaba,porque ella había arruinado la normalidad de mi absurda existencia, pero no pude incorporarme, no pude atacarla, ella puso sus fríos dedos en mi boca y me dijo calla, debes entender muchas cosas. Le dije "Claro que si, ¿Es esto real?" ella respondió "¿Qué es lo real querido? solo alégrate que el demonio asesino de policías y yo venimos por ti" salimos del ascensor, mientras un humo toxico rodeaba todo, el hospital estaba en llamas. La rubia arrastro mi camilla hasta la salida del hospital y me dejo allí junto a otros "enfermos" rescatados, los bomberos nos aislaron, yo miraba el fuego, miraba el hospital reducirse a cenizas como mi entendimiento de la realidad, mientras en el fuego se formaban caras, demonios e inclusive el rostro de Mía, al cual sonreí, la risa me acompaño, la risa dio lugar a la demencia y la demencia a otro lugar.



Creo, no recuerdo bien, pero estoy casi seguro que hubo un juicio para el manco que no paraba de reír, la defensa no pudo hacer mucho por mi, estaba demente, además la anciana a la que supuestamente mate, no tenía familiares, así que nadie empujo mucho a la fiscalía, me declararon "loco" o como dicen en sus eufemismos "mentalmente inepto", por lo que a este manco lo derivaron a un hospital psiquiátrico, si es un lugar de pesadillas, pero al menos sé donde estoy, cada noche a las 4:45 am me levanto y hablo la rubia demoníaca, sobre la realidad, no es tan malo, nada es real, quizás ni siquiera mi estancia en el psiquiátrico es real, el hospital no se quemo, nadie murió, mía sigue allí, quizás estoy en coma, quizás y quizás, pero que más da estoy en un bucle, no puedo salir, no puedo hacer nada, he escrito estas palabras, esta historia como he podido, pero ¿Quedo guardada? la tinta la dejo en algún lugar o solo vive en mi mente como todo lo demás, en fin, la mente me traiciono, los sueños lo hicieron al igual que toda la vida y la supuesta existencia. Al menos a las 4:45 creo tener todo claro, a las 4:45 es temprano para el madrugador y tarde para el bohemio, a las 4:45 la tierra no es nuestra, a las 4:45 las putas asesinadas salen a jugar y volvernos locos,  una noche le pegunte a la rubia ¿Por qué a mi? ¿por qué me volviste loco a mi? , "yo no lo hice", ella me dijo "yo soy tan victima como tú, tengo la misma rabía que tú, estoy muerta o quizás no, quizás tu te volviste loco solo, tampoco lo entiendo, pero esta es mi venganza, es mi deber, pero quizás ni existo, recuerda querido ¿Qué es la realidad?" las conversaciones así son recurrentes, los doctores dicen que no avanzo, más cada día veo que sus caras se parecen a las de hormigas gigantes, siento que el cielo se caerá y nos aplastará a todos, quiero que pase, mientras tanto sueño y despierto, sueño y despierto, realidades hay muchas, a veces estoy bien, otras en el fuego del hospital, ya todo da igual, no puedo morir, soy eterno, eterno como la locura.


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