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Diego Pino
Publicista, me gusta la música y la fotografía.
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Capitulo 4-Tercer Despertar

Oh carajos, ¿Otra vez? ¿tengo que despertar?, no quiero hacerlo, esto ya es demasiado, no puedo con esto, no quiero nada, no quiero pensar, no quiero sentir, déjenme ir por favor. Luego de esos breves y desesperantes pensamientos recobre un poco el control, aunque seguía paralizado en el suelo mientras devoraba cada partícula de polvo que yacía en el piso, acalle mis pensamientos y detuve las lágrimas que invadían mis temerosos ojos, me levante como pude y seque mi cara con mi mano buena, ya no sentía dolor en mano herida, lo cual era muy bueno o muy malo, bueno porque cabía la posibilidad de que todo hubiese sido una ilusión y todo fuese un truco de mi mente, dicho pensamiento me alivió, aunque la realidad me destrozo, realidad dije, ni siquiera sé que hora es,  mi semblante fue roto vi mi mano envuelta en una repugnante capa de sangre seca y tierra, "oh definitivamente no habrá más Play Station para mi" pensé,  quise gritar, pero el grito podía esperar, osea aún no miraba hacía la cama de la anciana y sorpresa, la anciana seguía allí con su rostro repleto de miedo y el crucifijo con la imagen del dios que no la salvo de ser prácticamente degollada, bueno la anciana había muerto como un cordero, la sangre empapaba las viejas sabanas y las páginas del libro, el cual curiosamente resultaba ser la biblia, respire hondo y grite con todas mis fuerzas para luego y no del todo calmarme, ya más calmado vi que en el brazo de la anciana había un reloj, bendito don, oh por fin podré saber la hora, por fin podré tener la noción de al menos una puta cosa, un poco asustado me acerque a ver el reloj sobre la inerte muñeca, el maldito reloj estaba parado, vieja de mierda pensé, como no cambiar la pila de esa basura, el reloj estaba detenido en las 4:45, parecía una hora prudente, aunque ¿hace cuanto se habrá detenido? ¿Hace un rato? ¿Una noche? ¿Un mes o una semana? no lo sé,  no sé nada. El reloj era solo una estatua que me recordaba que había perdido el don de la noción del tiempo, pero esperen, no soy tan idiota, las persianas!! ahora las podré abrir para poder ver hacía el exterior y pedir ayuda o tener la noción de tiempo-espacio que tanto necesitaba, las abrí eufórico para descubrir que estaban selladas por tablas y por fuera, ¿Cómo ventilaba el departamento? simple, doña Maria no lo hacía, el lugar olía horrible, maldita vieja y maldito departamento. De pronto me sentí más idiota, sólo tenía que usar la puerta e irme, largarme de ese puto lugar, no tenia que lidiar con el cadáver y podría por fin huir, me acerque a la puerta y seguía sellada, yo ya no estaba para tonterias, la agarré a patadas, pero no cedía, lo intente más fuerte mientras lamentaba no ser un musculitos, sin embargo, tenía algo de ingenio y pensé en el viejo truco de meter una tarjeta para abrir una cerradura, la suerte se apiado de mi y encontré mi tarjeta del banco con la cual pude abrir la puerta, me sentía libre, casi en éxtasis y ganas de cantar "Sweet Victory", salí raudo e intente abrir más persianas, pero todas las malditas ventanas estaban selladas, luego con la casi nula luz vi la tv estaba apagada,  mi extrema necesidad de tiempo-espacio me hizo encenderla, lo primero que vi fue un reloj digital en la pantalla, bendita suerte, justo necesitaba un reloj, el reloj marcaba las 4:45, me extrañé debido a que el reloj de la anciana marcaba la misma hora, intente de cambiar el canal para ver si otro tenía hora, simplemente todos los canales tenía el 4:45 con letras rojas, esto no estaba para nada bien, ya no estaba para juegos necesitaba salir y pronto, me aproxime a la puerta principal y fui sorprendido por otro 4:45 el cual estaba escrito con sangre, no me detuve a contemplar eso por mucho tiempo, abrí el pestillo y salí al pasillo, ya iba llegando a la escalera, cuando escuche un maullido intenso que venía de mi departamento, estaba en un verdadero infierno, pero no iba a abandonar a lo que más quería en este mundo y ese ser era Mia, corrí hasta mi departamento.

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