Oh, he vuelto a despertar, pero esta vez no estoy en mi cama, estoy en un sucio pasillo, mi mano me arde y la cabeza da vueltas, disfruto los 5 segundos antes de volver a asumir mi nueva realidad, antes de asumir que estoy en una especie de bucle, pues la situación no avanza mucho, en la mañana o quizás no tan mañana desperté sin saber hora, sin saber nada y aquà estoy en la misma situación, incluso peor, tal vez ya ni siquiera es de dÃa, por lo menos estoy solo, la presencia de ese cadáver andante que me hizo caer ya no estaba, un alivio, pero mi corazón se agito de inmediato, pensé "oh,Mia, mi amada Mia", me levante como pude, el dolor de la mano era insoportable, creo que ya no podré divertirme conmigo pensé y una risa estupida salió de mi rostro mientras caminaba rápidamente hacÃa el departamento, aún mareado entre y empece a llamar a Mia, pero mi amada gata no estaba, no habÃa rastros de ella por ninguna parte, pensé "oh tal vez se asusto y escapo o se escondió" como sea debo tratar mi mano y luego encontrar a Mia, me dispuse a salir nuevamente, dije vamos mi mente esta jugando conmigo, todo estará bien, camine por el pasillo las puertas seguÃan abiertas y yo seguÃa sin distinguir si era de dÃa o de noche, creo que debà mirar por la ventana antes de salir, pero un pensamiento me atrajo al departamento de la anciana, quizás allà encuentre lo que necesite un teléfono, saber la hora y la ayuda de una veterana, vi que la puerta seguÃa abierta, pero sin embargo, quise tocar por mera cordialidad, la señora Maria no me escucharÃa de todas formas, entre, pero las cortinas estaban cerradas y todo olÃa a viejo, vaya sorpresa, me adentre y habÃa electricidad, me alegre al ver el televisor encendido con un puto comercial sobre un tipo diciendo lo genial que es comprar en unimarc, quite mi atención del televisor y busque a doña MarÃa, pero doña MarÃa no aparecÃa por ninguna parte, pensé en ella, pensé que quizás necesitaba ayuda por lo que me adentre a su dormitorio abrà la puerta pidiendo permiso y encontré a la anciana sentada leyendo como si nada pasase, a su lado estaba su mesita de noche y un crucifijo de madera, mi cabeza dolÃa y mi mano era el mismo infierno con hormigas devorando cada trozo de mi carne, le grite señora Maria, señora Maria ayúdeme, la anciana seguÃa en su libro, iluminada por la luz de una vieja lámpara, las persianas estaban cerradas por lo que seguÃa perdido en el tiempo, de pronto un frÃo enorme invadió el cuarto y la luz se apago, en ese instante pensé "oh rayos al menos debà haber visto un puto reloj", intente salir, pero la puerta se habÃa cerrado, dije carajo, tendré que arreglar la lámpara, en ese momento escuche un grito y la lámpara se volvió a encender, lo bueno es que habÃa luz de nuevo, volvà mi vista a la señora Maria y el horror puso un castillo en mi, vi el libro que ella leÃa en el suelo manchado con sangre, mientras en sus arrugadas manos sujetaba el crucifijo, vi su rostro empapado en horror y en su cuello un corte casi perfecto, grite y lloré a la vez, esto ya era demasiado, intente abrir la puerta y estaba sellada, no habÃa forma de abrirla, mi miedo y desesperación me condujeron a abrir las persianas, pero solo vi oscuridad, puta oscuridad, todo se apago de nuevo y algo me golpeo en la cabeza caà de inmediato...
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