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Diego Pino
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Capitulo 8: No puedes matar a la muerte

Me encuentro en el pasillo nuevamente, el dolor de cabeza se hace casi insoportable, la mano, bueno la mano ya no la siento. Lo que si siento es una especie de sopor frío y ardiente a la vez, siento que mis pasos son lentos y mi mente se empieza a nublar, poco a poco empiezo a ver nieblas donde antes estaba un pasillo, cierro los ojos un segundo, solo un segundo y los abro lentamente, al abrir mis ojos mi oído se agudizo y sentí un crujido en el piso, mire hacía abajo y me encontré con unos huesos secos los que se rompieron con mi pisar, debo estar en una horrible pesadilla de nuevo pensé, ¿desperté? ¿en algún puto momento despertare? mi mente se aclaro y los huesos ya no estaban, el pasillo cada vez me parecía más enorme, pero al menos ahora ya no habían huesos, hasta que la mente se me nublo nuevamente y al abrirlos de nuevo sentí crujidos, esta vez no eran unos simples huesos, todo el pasillo estaba inundado de muerte, en el piso habían huesos secos y cadáveres descompuestos de perros y gatos, el olor era nauseabundo, mi estomago se había transformado en un volcán listo para hacer erupción, sentía el asco, ese asco a la putrefacción, ese rechazo al olor de la carne ausente de vida. Con mi mirada buscaba entre los cráneos rotos y los gusanos que emergían de ellos alguna similitud con Mia, para mi fortuna Mia no estaba allí, pero sentía su maullido en mi departamento, faltaba poco, solo debía contener mis vísceras y avanzar en ese inmundo pasillo. Tal vez si cerraba los ojos podría avanzar más rápido, por cada metro avanzado aparecían 10 kilómetros, este lugar se sentía eterno y mi vista se nublaba, más los cadáveres seguían allí, en cada paso que daba sentía el crujir de lo huesos o vísceras aplastadas por mis zapatos, ya no podía más, en cualquier momento caería de nuevo, en mi subconsciente pensaba tal vez sería lo mejor, muere de una vez, que todo se acabe porque ni siquiera se que hora es, ni siquiera se que pasa, cuando la locura me abordaba nuevamente, recordé la carita de Mia, escuche su desesperado maullido desde mi departamento y en ese momento supe que debía sacarla si o si de esto, saldríamos juntos de esta y cuando todo esto acabará mi vida iba a mejorar, al carajo el trabajo de mierda, al carajo los sueños frustrados, ahora iba a vivir y me iba a largar de ese puto edificio, si esta era la realidad o una pesadilla iba a escapar igual y todo iba a mejorar, con fe en mi mente avance a paso firme con los ojos cerrados repitiendo esto no es real y llegue hasta el picaporte de la puerta...Estaba contento iba a sacar a Mia de mi apartamento porque ahora si que estaba seguro de que estaba allí, la sentía llamar, pero cuando con los ojos cerrados abrí la puerta me encontré de nuevo en la escalera de emergencia, comencé a reír, me desespere y golpee la cabeza contra el muro, estaba fuera de mis cabales gritando y riendo. Un leve corte se abrió en mi frente y un chorro de sangre invadió mi rostro, intente recuperar la cordura y vomite, el olor a muerte -real o imaginaria- seguía presente en mi, vomitaba y lloraba creando junto a mi sangre un delicioso cocktail de fluidos corporales, cuando la serenidad parecía regresar a mi ser una mano toco mi espalda, dos segundos o incluso menos duro mi pensamiento de que podía ser ayuda o el conserje, para luego darme cuenta que era la puta rubia, ella estaba de regreso y me ofreció un abrazo de consuelo, el cual acepte, mientras la abrazaba sentí su frío, esa rubia era cualquier cosa menos humana, sin que ese ente se diera cuenta con mi mano buena tome la pequeña hacha para incendios que estaba apoyada en una de las murallas del pasillo y sin pensarlo dos veces le puse un hachazo entre medio de los ojos, mientras gritaba "Maldita puta por tu culpa estoy aquí, por tu culpa me estoy volviendo loco, tu no existes" tuve tiempo de gritar todo eso porque me ensañe, reconozco que le clave el hacha más de una vez, estuve apunto de sentir culpa y arrepentirme de todo cuando el demonio se levanto y las víboras empezaron a salir de su boca tal como en mi sueño, el terror se apodero de mi y corrí por el pasillo con el hacha en mano, lo que te dicen las madres que no hagas. estaba el pasillo no tenía animales muertos, todo eso se había desaparecido o simplemente no estaba preocupado de nada más que escapar, aunque no sabía si la puta demoníaca me perseguía, finalmente pude llegar departamento, bloquee la puerta con un sillón y me arme con el hacha esperando cualquier cosa, pasaban los segundos y no sentía golpeteos ni nada, solo un cansancio abrumador y un mareo terrible, no es hora de desmayarme me repetía una y otra vez, escuchaba a Mia maullar desde el baño, me arme de fuerzas y pese a que caí al suelo estaba dispuesto a arrastrarme para llegar por mi amada Mia, pero todo se fue a negro y desfallecí otra vez.

Mientras estaba en el piso, estaba consciente de mi ubicación y escuchaba a Mia, mi cuerpo estaba allí y mi mente no, tuve un sueño, esa clase de sueños que tienes cuando dejas la tv encendida, ese donde se mezclan sonidos de la realidad con la ficción, En mi sueño Mia maullaba una y otra vez porque quería que llenará su plato, lo que hice en un interminable bucle, pero la gata seguía con el maullido y no paraba, lo que al principió parecía una calma temporal, se convirtió en otra escena de la pesadilla. Quería y deseaba despertar ¿podría? y ¿para qué?.



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